Empalan y asesinan a abusador de su propia hija en Soacha
Un interno fue asesinado en un Centro Temporal de Protección de Soacha, seis reclusos y dos policías fueron capturados por este asesinato.
“El intendente de la Policía Nacional Duván Orlando Castiblanco, comandante de ese centro, dio la orden al jefe o pluma de la celda número uno, John Fredy Romero Monje, y este a su vez da la orden a sus secuaces, conocidos como los de la casa”, declaró el fiscal durante la audiencia de imputación de cargos.
Este hecho habría quedado plenamente grabado en las cámaras de seguridad del CTP, en videos exclusivos habría quedado filmado el preciso instante en que John Eduardo Bautista Quintero fue brutalmente golpeado hasta el punto de acabar con su vida.
El delegado de la Fiscalía General de la Nación, también manifestó que el detenido recibió descargas eléctricas; además, en medio de la golpiza, le bajaron los pantalones y le introdujeron un palo por el ano; mientras tanto le declaraban que eso se lo hacían por violador.
El director de Fiscalías de Cundinamarca, Carlos Manuel Silva, comentó que fue el comandante de este CTP quien dio “la orden para que golpeen brutalmente a esa persona y finalmente, producto de estas golpizas, este sujeto pierde la vida. Esta persona había sido trasladada a ese centro de retención por ser señalado de haber abusado sexualmente contra su propia hija”.
Como si fuera poco, en medio de este operativo, las autoridades también pusieron al descubierto “una red de corrupción que operaba al interior de ese centro de atención policial, pues fue así como se encontró que había un comercio de estupefacientes y hallaron cuatro mil sustancias para ser distribuidas, pero además se encontraron 51 teléfonos celulares. También se observó el ingreso de mujeres para satisfacciones sexuales y lo más importante, se extorsionaba al interior de ese centro de detención policial y se secuestraba a los mismos internos que se encontraban en ese centro”, comentó el funcionario público.
Los ocho detenidos fueron imputados por la Fiscalía seccional de Cundinamarca por los delitos de homicidio, tortura y acceso carnal violento, todos agravados. Los acusados no aceptaron los cargos y podrían enfrentar una pena mayor a los 40 años.
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